sábado, 30 de noviembre de 2013

          Tras 8 horas allí sentadas en aquel autobús, con las gafas de sol para que nadie pudiese apreciar la tristeza en mis ojos, a cada kilómetro que recorría más lejos me sentía… Intentando secar rápidamente las lágrimas y más aún al leer ese mensaje de mi buen amigo Jose, que aún hoy puedo recordar; -“Hoy el cielo está más gris, oscuro y triste porque tú te has ido, (…)”-  sonriendo a mi madre para demostrar lo contenta, feliz y segura que estaba de aquella decisión, que no era más que una demostración a mí misma, una necesidad de creerme esa felicidad que para nada sentía, hasta que llegamos al destino, a Zaragoza…
          ¿Nueva etapa? ¿Vida nueva? Comienzo a… ser, a vivir, a descubrir, a soñar, olvidar, aprender, responder, resolver, etc…
          Y el destino se convirtió en realidad, era Zaragoza y estaba delante de nuestra bandera en el aeropuerto, en la puerta secundaria de la Academia Militar de Zaragoza donde nos había llevado ese taxista educado pero serio como buen mañico.
          Y allí como yo, estaban otras chicas, chicos, unos mayores, otros de mi edad,… -Nunca he tenido demasiados problemas para relacionarme con las personas, pues soy bastante sociable, abierta, jovial, lo que hace que permanezca oculta la timidez que tengo, y a partir de ese mismo instante, era algo que iba a necesitar bastante, ya que ese momento era la despedida de mi madre y con ella de mi vida, se iba mi mundo, ese mundo agradable y  sencillo que yo creía que era, el adiós de todo lo anterior hasta no sé sabe cuándo...- Este era el principio del comienzo de la nueva vida, estaba sola, asustada y desolada por dentro, pero con una pose y una actitud firme y mi gran sonrisa que tanto me caracteriza, preparada para enfrentarme y superar todo lo que viniese a partir de traspasar esa puerta, y esta sería la prueba fehaciente de ello, de que lo conseguí.
          Nada más registrarme en la entrada, aquel chico militar, joven, con semblante serio,  poco hablador y con un uniforme azul poco conocido…, me indicó el camino a seguir, hasta llegar a ese autobús viejo que nos llevaría a nuestra nueva vida a todos los que estábamos allí. En esos momentos me encontré con aquella chica, entre toda esa gente extraña, desconocida y nueva para mí, que sin querer se convertirían en mi gran “familia” durante los siguientes 4 meses, (algunas siguen formando parte de mí vida en la actualidad). Esta chica era muy guapa, rubia, alta, parecía muy simpática y también estaba sola, por lo que entre las dos nos presentamos y decidimos irnos juntas emprendiendo ese viaje a otra parte de la Base, pero este viaje no tenía lugar al retorno…
           Pues las sensaciones durante ese trayecto de apenas 15 minutos, eran contradictorias, opuestas, incoherentes, incluso en aquel momento. Me sentía extraña, estaba preocupada, abstraída, pensativa, dentro de aquella situación de la cual, no tenía plena conciencia ni llegaba a entender totalmente, pero alegre y contenta por sentir que dentro de mi añoranza, mi tristeza y mi soledad, aunque de una forma muy insignificante, no estaba sola.
          Pues ya no estaba sola, porque había conocido a alguien y no me separaría de ella, pero triste y desabrigada porque, no podía dejar de pensar en todo lo que yo dejaba atrás a partir de esa puerta, porque en ese instante, no sabía si era mejor o peor lo que yo había vivido hasta entonces que lo que me quedaba por vivir a partir de aquel momento en ese régimen académico-militar, pero era lo único que conocía y desprenderme de ello, suponía un gran desconsuelo, angustia, pena y sabía que la pérdida de una parte de mí, tal vez la inocencia, quizás la ingenuidad, pero seguro, la LIBERTAD… 

2 comentarios:

  1. Hola Natalia,

    un gusto poder seguir leyendo tu historia ;)

    Fíjate, te planteas que en esos momentos tan complejos probablemente estabas perdiendo una parte de tí, de esa parte que conocías. En términos de apego creo que estoy tiene mucho sentido. Alejarse de lo conocido, de lo que manejos, implica en la mayoría de ocasiones una incertidumbre que suele ir aparejada de dudas, de angustia, de miedo... Estos sentimientos, que desde luego no suelen experimentarse como algo agradable, creo que sin embargo nos son útiles en cuanto a que nos activan y nos dan la oportunidad de explorar, de plantearnos posibilidades que antes no existían... y esto es el primer paso (aunque no siempre lleve a ello) para el desarrollo.

    Un saludo.

    Gloria.

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  2. Hola Gloria!!!! El gusto es mio al saber que sigues leyéndome...

    He de decir que es verdad que yo tenía esta historia bastante asentada, pensada y asumida .... pero tenías mucha razón con lo de revisar y explorar, porque quizás este análisis esté siendo más profundo de lo que nunca lo había echo y no recordaba esas sensaciones hasta que he vuelto a pensar en esos momentos, que en realidad me está gustando recordar aunque me aparezcan sentimientos extraños... Esto gracias a ti por animarme a hacer el blog, mi blog, la historia de mi vida...
    En relación a lo que me comentas de perder una parte de mí, es totalmente cierto y además cada vez lo veo más claro, no digo que sea mejor ni peor, ni bueno ni malo, pero si perdí esa parte que ya nunca volverá,... aunque en los siguientes tiempos esa perdida haya dado lugar a la ganancia de otras cosas.
    Alejarse de lo desconocido para mi fue,,, cuanto menos doloroso, esa incertidumbre, como tu muy bien dices, y ese miedo no fueron agradables para nada e incluso estuvieron a punto de echarme para atrás y aún no se lo que me llevó a seguir... Ahora si puedo ver que me han sido útiles estos sentimientos para, abrirme puertas a otros lugares, a otras personas, a otras situaciones,... ¿Desarrollo? Sinceramente, creo que si...

    De nuevo un millón de GRACIAS, por saber que me sigues leyendo y por estos comentarios tan buenos, que tantas cosas me hacen ver...
    Un saludo y GRACIASSSS!!!!!

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