viernes, 15 de noviembre de 2013

        Serían sobre las once de aquella mañana, como cualquier otra de ese verano o de los anteriores, cuando me despertaba a causa de los 38 grados a la sombra que suele hacer en Badajoz a esas horas. Fui a recoger el correo para leerlo mientras desayunaba, cuando de repente leo: “Ministerio de Defensa” y la curiosidad era tanta que no esperé a estar sentada frente a mi desayuno para leerla. Pero la respuesta por sí sola hizo que me cayese en la silla con una sensación… ¿extraña, rara, chocante,…? Incierta, la verdad, pero en cualquier caso sorprendida, al leer que había sido aceptada para ingresar en el Ejército del Aire y tenía que estar en la Academia Militar de Zaragoza, el día 1 de septiembre de 2004 a las 6 de la tarde. Alegre corrí para decírselo a mi madre, pero por dentro solo podía pensar en los dos meses que me quedaban para irme, en que ese tiempo podría convertirse en una eternidad o tan solo un instante, pero poner casi 800 km entre mi casa, familia, amigos, la tierra que me vio crecer y el Ejército, era algo que cuanto menos, me hacía sentir melancólica, nostálgica, alegre por haber conseguido lo que yo “quería”, pero triste y dudosa, sin poder dejar de preguntarme y plantearme, que en todo camino y en toda lucha se ganan cosas, pero también se pierden otras, y en esta nueva etapa que para mí empezaba en tan solo dos meses: -¿de verdad compensaban las pérdidas con las ganancias?-
        Ahora empezaba la recta final y no podía evitar estar un poco nerviosa, frenética, recogiendo todas las cosas, llenaba la maleta, la volvía a vaciar, la cargaba de ropa, enseres de aseo, zapatos, pero no sabía dónde iba, como iba a ser, que era lo que permitían, y yo, sinceramente, prefería llevarla a rebosar de recuerdos, de caricias, cariño, de la familia y de amigos. Era justo en este momento de nuestras vidas, cuando mi hermana Sandra, (la que me precede, porque soy la menor de cinco hermanos), que por la poca diferencia de edad que hay entre nosotras y después de mucho tiempo empezábamos a confiar una en la otra formando un vínculo estrecho y muy afín y ahora, tristemente…, nos teníamos que separar, después de tardar casi toda mi vida en llegar a crear eso…Por todo esto, les pedí a mis amigos un regalo. Quería y sentía la necesidad de llevarme un pedacito de cada uno de ellos, pues esas cosas me hacían sentirme más cerca y unida a ellos en esa distancia kilométrica tan grande que iba a poner. Por eso no pedía un regalo comprado, nada que a ellos les supusiera un gasto de dinero, porque lo que deseaba era algo personal y a lo que ellos le diesen un gran valor sentimental. Y así lo hicieron.
        A tan solo 7 días  de mi marcha, echa un manojo de nervios, con una susceptibilidad apreciable y una tristeza palpable, mis amigos me llamaron para quedar esa noche como cualquier otra, pero la diferencia fue una fiesta sorpresa para mí, con un regalo de cada uno de ellos y una carta con dedicatorias que aún  guardo y que siempre las llevaré conmigo, porque en muchos momentos esos objetos me han dado fuerza para seguir.
        Y el día 1 llegó. Allí estaba en la estación con mi madre, esperando al autobús que me iba a llevar al destino, a 800 km de mi vida. Cargada con una maleta en la mano, un manantial de dudas en mi mente y una enorme tristeza en el alma que me hacía sentir la persona más triste del mundo. Tenía miedo; y hoy me atrevo a decirlo, miedo a lo que me podría encontrar y a lo que me llegaría a faltar; miedo a aguantar sin saber hasta dónde podría llegar y vergüenza a no soportarlo; miedo al fracaso y porque no, miedo a ganar, a vencer, porque todo era incierto para mí, los fracasos, las victorias, solo tenía 18 años y esas palabras tenían otro sentido para mí. El destino de ese autobús era Zaragoza, pero; ¿cuál sería mi destino?...

5 comentarios:

  1. Me encanta,m tiene super enganchado,animooooooo!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me encanta Natalia,me he quedado intrigada y he de confesarte q me he emocionado.Un beso,doy Carmen,la tia de Andres

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy ansiosa por que sigas escribiendo... jamás creí que hubieses sentido todo ese cómulo de sensaciones, yo era tan pequeña... que sólo me preocupaba no volver a verte en mucho tiempo, y pensar que ahora estamos tan unidas... y tan distanciadas a la vez. recuerda que, ¡eres IMPRESCINDIBLE en mi vida!
      Mil besazos y a seguir escribiendo!! te quierooooo

      Eliminar
  3. Con cada entrada que haces me parece mas interesante,mejor y me encanta la manera en que lo cuentas y describes,me parece alucinante como escribes y me haces que sienta cada uno de esos sentimientos como si fueran propios con solo palabras...Sigue escribiendo y por favor no lo dejes,sabia que eras impresionante pero no dejas d sorprenderme, Animo preciosaaaa !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Besazos ; )

    ResponderEliminar
  4. Lo primero decir que Es muy dificil explicar los sentimientos y vivencias, pero todavia más plasmarlo con palabras y tu lo consigues asi que enhorabuena...
    Y segundo es muy agradable saber que la consecuencia de tanta duda pasada ha creado una persona real de principios y eso es dificil.nuevamente enhorabuena deseando seguir leyendo...salu2.

    ResponderEliminar